Este fin de semana hemos repetido destino y lo hemos pasado en Madrid, aunque eso sí, esta vez la ciudad en si solo la hemos visto de lejos. Esta vez el viaje era a una reunión familiar pre-navideña con concurso gastronómico (donde me llevé el premio al mejor postre con un helado de violetas) y amigo invisible incluídos... Pero bueno, ese no es el tema.
Antes de ir a esa reunión familiar hicimos una parada en la Sierra de Navacerrada para comer con otros familiares y de paso ver un poco la nieve. Es raro que por aquí nieve tanto, y me apetecía que Michelle la conociera ahora que es un poquito más mayor... Os dejo que veáis las imágenes, porque aunque no estuvimos mucho tiempo, alguna foto sí que pudimos hacer.
Aissss, quien pudiera tener una casita de estas ahí arriba, ¿verdad?
Mi madre prevenida donde las haya.
Me preguntaba un tío mío que estaba allí que porque hacía fotos de frente al sol... le tuve que enseñar este par para que viera el sol no es tan enemigo de la cámara como parece, jiji.
Lo dicho, que fue un ratito genial; a la peque le encantó eso de pisar la nieve e intentar cogerla; digo intentar porque el día ante había caído una helada de las que hacen historia y la nieve estaba dura como una piedra... pero a ella le gustó igualmente, y luego decía cuando le preguntabas que estaba fría, jaja.