Pues sí, ya es hora de ir sacando telarañas a la carpeta de las vacaciones de este año, que aunque en nuestro caso hayan sido hace bien poquito, un mes justo, veo
el otoño nos está ganando el terreno, y las fotos siguen ahí reposando...
Así que me he puesto manos a la obra, y aquí va la primera parte de la fantástica semana que pasamos en Peñíscola. Cuando estuve hace ya unos cuantos años con mis padres me dije que tenía que volver, y así lo he hecho. Y como bien pensaba, me he vuelto a enamorar de sus estrechas calles de piedra, su castillo coronando el casco antiguo, su inmensa playa... venga, me dejo de hablar y os lo enseño en fotos, mucho mejor, ¿no?
Al fondo el castillo Papa Luna, símbolo del pueblo. Os he dicho alguna vez lo mucho que me gustan los castillos?
Chulísimo el dragón de azulejos que hay en el paseo marítimo, siempre estaba rodeado de niños, y no me extraña!!
Una de las cosas que más recordaba era el tren 'rojo' que hacía recorridos por el pueblo. Según que itinerario cojas las vistas son una maravilla; esta vez hicimos el del parque de la Sierra de Irta, y aquí dos SOOC (apenas un toque de niveles) de las vistas desde mi vagón.
Incluso hace paradas en bonitos paradores para hacerse fotos...
Otra de las cosas que he podido hacer con tranquilidad, ya que en casa siempre andas con prisas y no te paras a ello es investigar un poco la cámara que había estrenado este verano. Alucinanda quedé con la calidad de las fotos a una iso de 1000 y 1200, un par de muestras aquí abajo, también practicamente sin retocar.
Otra de las cosas que sabía que no iba a perderme era la visita diaria a la feria que hay al lado de la playa. Cualquiera le dice que no a una niña adicta a los 'caballitos pony', como dice ella... aunque siempre se puede sacar provecho de esas visitas... jijii
Y por supuesto, sabía que me iba a volver a quedar prendada de sus atardeceres en la playa...
En la playa sur, detrás del castillo y a los pies de la montaña. Una playa pequeñita ideal para ir con niños, agua tranquila sin olas y calentita.
Pd: el pájaro es real, lo juro.
Una de mis favoritas. Creo que ahí te sabe bien hasta un vaso de agua, copa, en este caso...
Y la playa norte, donde se reflejan los últimos naranjas del atardecer que se mezclan con las luces de los miles de bares, hoteles y restaurantes que hay en el paseo marítimo formando postales tan bonitas como estas.
Y eso es todo por hoy; pero habrá más partes, sin duda.