Cuando el domingo papá empezó a mojar el patio para limpiarlo y para que estuviéramos más fresquitos la peque enseguida quiso salir a saltar en los charcos, una de sus mayores aficiones. Al principio se puso las botas porque el agua salía un poco fría, pero a medida que fue entrando en calor y el sol era más fuerte se quitó las botas y a disfrutar!!! Porque no solo es divertido saltar los charcos en invierno...
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