Si hay algo que me parece realmente pura magia son las pompas de jabón. Tan brillantes, tan perfectas, tan... mágicas.
Esta semana papá ha estado trabajando en Madrid, y cuando llegó le dio a Michelle un paquetito donde venía una trompeta para hacer pompas. No sé si le hizo más ilusión a ella o a mi... jijiji. Y esta tarde en cuanto hemos tenido un ratito, hemos llenado todo de pequeñas burbujas voladoras. Ella se lo ha pasado pipa persiguiéndolas, aunque se enfadaba al principio porque "no le hacían caso", y yo he hecho tantas fotos como he podido, porque hay que ver lo difícil que es hacerlas una foto en condiciones.
Seguiremos practicando :)
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